lunes, 10 de agosto de 2009

Fotografía de una noche de trabajo.


Las extremidades descansan simulando una muñeca de trapo. La mujer que yace sobre el sofá duerme desnuda con las piernas flexionadas, semiabiertas. Alguien tocó a su puerta esta noche, alguien que ya se marchó. Las sábanas absorbieron los olores ácidos y las paredes resintieron los sonidos secos y entrecortados.

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